martes, 24 de noviembre de 2009



El Aeropuerto Internacional Matecaña de la Ciudad de Pereira fue creado en 1944 mediante acuerdo 34 de agosto 18 de 1944. Para ello se resuelve construir un campo de aterrizaje de 1800 metros de longitud y se dispone la adquisición de 40.000 metros cuadrados de tierra.
Fue inaugurado el 22 de octubre de 1976. El diseño arquitectónico del terminal de pasajeros obtuvo la mención de honor en la primera bienal de arquitectura de Quito, como el mejor diseño de tipología de transporte.

La primera aeronave aterrizó oficialmente, el 24 de julio de 1947 se trataba de un c-47 comandado por el capitán Luis Carlos Londoño Iragorri.
En diciembre de 1991 se inauguraron las salas de embarque con sus puentes de abordaje a un costo de $170.000.000. Con dichos puentes se brindaba al pasajero una oportunidad más de confort no solamente para su bienestar sino también para su propia seguridad.
Desde principios de 1997 se trabajó en la construcción de un sistema de tratamiento de aguas residuales, el cual lo sitúa a la vanguardia de las entidades de la región en procura de la recuperación de las cuencas hidrográficas a la vez que al mejoramiento de las condiciones ambientales, se cristalizó este proyecto en abril de 1998. El Aeropuerto Internacional Matecaña es el único en Colombia que cuenta con un Plan Maestro de Mantenimiento y conservación de la pista a 20 años, por ello, la pista de aterrizaje es catalogada como una de las mejores del país.

QUIÈN LO CONSTRUYO ?

“En la vida de los pueblos hay actos que sirven para reconciliar los espíritus, restablecer las energías y llenar de esperanza los propósitos nobles.sencillo en su elocuencia; grandioso en su significado; sublime por el júbilo embriagador de un pueblo generoso y por la esplendidez del paisaje.Hemos llegado a este momento trascendental después de 10 años de intensa brega. Primero, fue un sueño; luego, una idea; después; un objetivo; hoy, este tramo de realidad. .
Recordemos aquellas jornadas cívicas del 20 de Julio de 1.962; 7 de agosto de 1.967 y 11 de noviembre de 1.969. Largas y festivas caravanas, compuestas de hombres, mujeres y niños, llegaron al aeropuerto matecaña , a derribar árboles a destrozar cañaduzales para sembrar semillas de ilusión.
Nuestras mujeres descalzaron sus manos y guardaron las joyas para conducir la carreta en su tarea de recoger pedruscos. Las hijas de los obreros cumplieron su jornada de trabajo con un alto salario, pagado en sonrisas y en gratitud.
¡Qué hermosos espectáculos aquellos! Inolvidables momentos en la vida de un pueblo. Fueron verdaderas batallas libradas al calor de un ideal, donde se reemplazaron las armas por las herramientas de trabajo, y donde antes que derramar sangre, broto en caudales el sudor de las frentes para fertilizar más esta tierra prodigiosa.
Motivo de orgullo para la ciudad y ejemplo que logró un reconocimiento a nivel de todo el país.

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